Antonio Carlos Jobim, conocido mundialmente como Tom Jobim, vió la luz el 25 de enero de 1927 en el barrio de Tijuca, Río de Janeiro. Siendo aún niño un piano apareció en su vida, que le llevó a un vasto campo por conocer, disfrutar y revolucionar. "Me fascinaba descubrir que jugando podía armonizar sonidos..".
Tom Jobim fue uno de los precursores de la bossanova Imagen extraída de www.monsieurvintage.com |
La formación musical de Tom Jobim comenzó desde temprana edad, como un juego, continuó estudiando piano clásico, factor que determina su versatilidad y el salto posterior a la fusión con el jazz.
Fue a partir de la composición en colaboración con Vinicius de Moraes de la pieza musical para la obra teatral “Orfeo da Conceição” estrenada en el teatro municipal de Río de Janeiro en septiembre de 1956, cuando Jobim se convirtió en el nuevo gran compositor nacional, entre otras, escribió a petición del gobierno, su sinfonía dedicada a Brasilia. La Palma de oro de Cannes y, el Oscar estadounidense recibidos por "Orfeo Negro" -basada en el "Orfeu da Conceição"- que realizó Marcel Camus y en cuya banda sonora figuraba su "A Felicidade", junto con las invitaciones para tocar y grabar en Estados Unidos, lo proyectaron en el mundo.
La fama de Tom Jobim se tornaría internacional en 1962, cuando el saxofonista Stan Getz y el guitarrista Charlie Byrd grabaron el LP "Jazz Samba", que permaneceria diversas semanas en la lista de más vendidos. En una de las pistas, la versión instrumental de "Desafinado" ganaría varios intérpretes en los EEUU, entre ellos: Lalo Schifrin, Quincy Jones, Coleman Hawkins e Dizzy Gillespie. Un año después, Jobim y otros músicos brasileños actuaron en el Carnegie Hall, donde cantaron "Garota de Ipanema", compuesta por el propio Jobim y Vinicius de Morales en 1962, posiblemente la canción brasileña más interpretada fuera del país.
Como comentamos anteriormente, la Bossa Nova surgió de la evolución de una voluntad de innovación en el estilo de la música popular brasileña y, al surgir en Río de Janeiro, del Sambaconcretamente. Cuando esta evolución comenzó a afirmarse como tal, con su cadencia diferente, su particular modo de interpretar, surgió la más espectacular polémica que habían surgido hasta el momento en torno a la música popular en Brasil. ¿Es Samba? ¿No es Samba? ¿Es auténtico? ¿No es auténtico?... Esta polémica aumentó aún más cuando la Bossa Nova comenzó a entrar en los circuitos de Jazz y fusionarse con esta música norteamericana por antonomasia, siendo considerada por los críticos más puristas como prácticamente música “gringa”, alejada de la raíz cultural de la Música popular Brasileña. Crítica que se disipó al reconocerse la Bossa Nova como estilo puramente brasileño a nivel internacional.
En esta fusión con el Jazz, el principal precursor y embajador de la Bossa Nova en tierras estadounidenses, si bien hubo un primer acercamiento al Cool Jazz y Bee Bop por parte de Jonny Alf, Lucio Alves y Os Cariocas entre otros, fue Tom Jobim.
Otro factor importante en el éxito de la Bossa Nova a nivel mundial fue la campaña de divulgación. En el artículo escrito por Haroldo Costa en 1959 en virtud del éxito del film “Orfeo Negro” en el exterior, se explica la importancia de esta campaña: “... de nada servía enviar al exterior a un cantante famoso sin antes hacer un trabajo previo de difusión fonográfica, con el fin de familiarizar al público con los matices de nuestras melodías y el vaivén de nuestros ritmos.”
Su altísima calidad musical, junto con la apropiada divulgación, hicieron que la música de Jobim fuese todo un éxito a nivel internacional y le hizo volver a Estados Unidos en 1967 para grabar con uno de los grandes mitos americanos, Frank Sinatra.
Durante un buen tiempo sus colegas brasileños lo miraron con desconfianza. Era demasiado exitosa su carrera en Estados Unidos, despertaba sospechas. Pocas veces esa desconfianza y esas sospechas estuvieron menos fundadas y peor expuestas. "Olvidar su país" es un reproche que Jobim no mereció. Sucedió en los 20 años transcurridos entre 1970, aproximadamente, y 1990, ocurre en su interior un proceso que sus contemporáneos no terminaron de comprender ni de aceptar. No bajó su ritmo de trabajo: compuso para sí y para otros, para el cine, posibilitó el lanzamiento de nuevos intérpretes y compositores, escribió letras, poemas, canciones, viajó, recibió homenajes, se convirtió en mito y arquetipo. También se casó de nuevo con una mujer muy joven, lo dieron por acabado como compositor y compuso entre lo mejor de su ya larga carrera. Mientras más se derrumbaba su físico, más joven se tornaba su mente.
Sus últimos años lo encontraron dando una recia lucha por la defensa de la naturaleza y la integridad de su país: "Destruir la naturaleza y oprimir a la mujer son una constante en la vida de los hombres". "El país que me inspiró ya no existe: tenía paz,amor, chicas lindas y ahora en cambio se preocupa por tener la bomba atómica” El sofisticado autor de la compleja simplicidad de La Garota de Ipanema, se convirtió en un filósofo profundo sin perder sencillez. "La vida es buena, es el hombre el que acaba por complicarla". Murió en Nueva York, alumbrado por las verdades sencillas que acumuló a lo largo de su caminar. "Sé que voy a morir un día, pero también sé que la música sobrevivirá".
No hay comentarios:
Publicar un comentario