EL CLIENTE MISTERIOSO
El otro día tuvo lugar un interesante encuentro que se
produjo en la tienda de la marca de ropa Springfield, donde nosotros como
alumnos de este curso jugaríamos el papel de clientes, pero no clientes
normales, habituales. Esta vez desempeñamos un papel diferente, al del cliente
misterioso con el objetivo de observar, analizar y responder a varias preguntas
que previamente habíamos estructurado en forma de cuestionario. La verdad es
que me sentí muy raro, era la primera vez en mi vida que estaba en una tienda
con un roll completamente distinto. Para empezar con mi compañero en esta
aventura Pablo nos fijamos en el rotulo luminoso del local, que atraía a la
gente. Posteriormente nos fijamos en el escaparate que por cierto era bastante
grande, estaba un poco sucio quizá por la lluvia pero había un gran número de
productos expuestos que nos invitaban a entrar. También nos indicaba los
precios de los productos y llevaba escrito un mensaje dirigido a los padres recordándonos
la aproximación del día del padre. Decidimos entrar, y nada más pisar la
entrada nos fijamos en el horario del establecimiento que se anunciaba con
letra muy pequeña casi invisible. La entrada era cómoda y de fácil acceso, no
había pasado ni un minuto cuando una de las dependientas se acercó para darnos
la bienvenida e indicarnos que la planta
de caballeros era la de abajo. Bien,
bajamos por la escalera y de nuevo otra chica nos saludó muy amablemente
preguntándonos si nos podría ayudar en algo. Nosotros le dimos las gracias y
seguimos con la nuestra investigación.
Nos fijamos en la iluminación, me pareció que los focos apuntaban más a
un producto que a otro, probablemente el objetivo era poner el acento sobre
dicho producto. También nos dimos cuenta que los artículos estaban separados
por estilo y colores como cada uno de ellos llevaba una etiqueta con el precio.
La verdad es que todo estaba muy bien separado y organizado, puede que la
limpieza no era el punto fuerte de la tienda, el suelo, las paredes las
lámparas indicaban lo contrario. Mi compañero Pablo decidió probarse una camisa
negra y de inmediato se acercó otro
trabajador de la marca para ayudarnos con la elección del producto, nos
explicó como era el modelo, las tallas que había…. Bien en el probador, después de varios
intentos de encontrar la talla adecuada vino otro chico que nos dio a entender
que el problema no era la talla sino el modelo, necesitábamos corte regular que
de este modelo por lo visto no había y muy amablemente nos ofreció otro modelo
parecido, incluso nos dirigió a otra tienda de la Gran Vía madrileña donde
según el podríamos encontrar el corte adecuado. Llevábamos uno treinta y cinco minutos dentro en la tienda y nuestra
aventura estaba llegando a su fin, el tiempo que habíamos pasado dentro del
establecimiento nos enseñó una mirada diferente del shopping, mirada
observadora, critica, analítica etc… Pero qué conclusiones podemos sacar de
todo esto, pues yo personalmente he descubierto muchos detalles que nunca antes
había apreciado en una tienda de ropa
genérica como esta, pero creo que me quedaría con el servicio y la entrega de
los trabajadores de la marca, su amabilidad y asesoramiento profesional que me
sorprendió gratamente en un día lluvioso como este y nos enseñó la otra cara del
comercio madrileño!
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