El nombre de Martin Gore tal vez resulte desconocido para muchas personas. Sin embargo, bastará decir que ha sido el alma mater de Depeche Mode para que esas mismas personas no necesiten más presentaciones. Durante la larga trayectoria del grupo, Martin Gore ha sabido convertir las adversidades en oportunidades, ha sabido observar su entorno, innovar de forma continuada y ofrecer un producto musical adaptado a cada momento, consiguiendo llegar a sucesivas generaciones desde la creación de la banda.
Como todos los grandes, hacen fácil lo difícil. Algunas claves de su éxito suenan evidentes. Sin embargo, no es menos evidente que el universo musical ha estado plagado de estrellas fugaces que no han sabido aplicar tan “sencillos” principios:
Contenido de sus composiciones dirigido al ser humano.
Para él, tres aspectos de la persona son especialmente relevantes y en ellos basa el contenido de gran número de sus composiciones: el amor, la religión y el sexo. Todas ellos están presentes de una u otra forma en cada cada uno de nosotros.
Ha mantenido los pies en la tierra.
Al igual que los trenes de alta velocidad necesitan una locomotora en cabeza y otra en cola para conseguir resultados superiores al resto de trenes sin descarrillar, los grandes proyectos casi siempre tienen una cabeza visible y otra que no lo es tanto, sin que en realidad una sea más importante que la otra. Un proyecto duradero siempre tiene una base sólida a menudo poco visible, como los cimientos de un edificio. Martin Gore ha sido esa base para Depeche Mode, y siempre ha hecho un gran esfuerzo para no ser considerado líder del grupo. Tal vez sea una decisión deliberada para mantener la motivación, para llegar más allá, para que nunca le asalte la sensación de haberlo conquistado todo y abandonarse.
Ha sabido crecerse ante la adversidad.
La carrera de cualquier persona está salpicada de contratiempos de toda índole. Martin Gore no es una excepción. Tanto en el ámbito personal como el profesional ha sufrido reveses que ha sabido gestionar e incluso utilizar en su favor. Algunos merecen ser mencionados.
Tras el exitoso primer álbum de Depeche Mode, Vince Clarke, abandonó el grupo. Más adelante analizaremos qué pudo llevar a Clarke a tomar otro camino y cuáles fueron los resultados. Pero volviendo a Gore y los otros dos miembros que quedaron en la banda, se vieron en la situación de decidir qué hacer sin compositor y líder. El primer instinto fue disolver el grupo. Sin embargo, Gore asumió en ese momento la responsabilidad de convertirse en compositor. La canción “See you” (que había compuesto en su adolescencia) los catapultó a la fama, alcanzando cotas de éxito muy superiores a las de su primer álbum.
A finales de los 80 y principios de los 90 sufrió importantes problemas de alcoholismo y drogas. Éstos desembocaron en que el Alan Wilder, arreglista y gran apoyo en las composiciones de Gore, optara por abandonar el grupo. En 1994 comienza una nueva etapa en lo personal y da un giro a sus composiciones.
Depeche Mode. See you (1982)
A finales de los 80 y principios de los 90 sufrió importantes problemas de alcoholismo y drogas. Éstos desembocaron en que el Alan Wilder, arreglista y gran apoyo en las composiciones de Gore, optara por abandonar el grupo. En 1994 comienza una nueva etapa en lo personal y da un giro a sus composiciones.
Ha sabido adaptarse a la realidad social y musical de cada momento
Sin entrar en aspectos técnicos desde el punto de vista musical, es necesario reseñar las etapas por las que ha pasado Depeche Mode. Su primer disco (1980) se enmarcaba en la música electrónica del momento y obtuvo un notable éxito. Al ponerse Martin Gorte al frente de las composiciones en en 1981, ya detectó que el tiempo de la música electrónica al estilo Kraftwerk se encontraba en cuenta atrás, e inició una etapa de “música industrial” distinto a lo conocido hasta entonces.
En 1986 inició una “etapa oscura”, con estilos diferentes un poco experimentales, pero con un denominador común de intimismo y un toque quizás lúgubre. A la vez, el fotógrafo holandés Anton Corbijn se ocupa de elaborar una nueva imagen del grupo, utilizando a menudo imágenes en blanco y negro, y dando gran peso a parte visual.
En 1989 empieza la etapa de “rock electrónico”. El techno queda completamente atrás, y da comienzo un nuevo ciclo que mantiene el punto íntimo pero con un carácter mucho más luminoso. “Personal Jesus” abre esta época con un sonido tan innovador que sigue vigente a día de hoy.
En 1996 se inicia la “etapa de reconstrucción”. El vocalista David Gahan estaba sumido en lo más profundo de las drogas y los demás miembros consideraron la posibilidad de expulsarlo del grupo. Sin embargo, el esfuerzo de todos, más la ayuda circunstancial de ciertos factores externos, hicieron posible que David tomara conciencia de su problema y se pusiera manos a la obra, iniciando la rehabilitación. El grupo se orientó fuertemente hacia las giras en directo. Estas actuaciones los llevaron un paso más allá de los éxitos conseguidos hasta entonces.
Depeche Mode–Personal Jesus
En 1996 se inicia la “etapa de reconstrucción”. El vocalista David Gahan estaba sumido en lo más profundo de las drogas y los demás miembros consideraron la posibilidad de expulsarlo del grupo. Sin embargo, el esfuerzo de todos, más la ayuda circunstancial de ciertos factores externos, hicieron posible que David tomara conciencia de su problema y se pusiera manos a la obra, iniciando la rehabilitación. El grupo se orientó fuertemente hacia las giras en directo. Estas actuaciones los llevaron un paso más allá de los éxitos conseguidos hasta entonces.
En 2005 se inicia un nuevo período, donde David Gahan colabora en las composiciones de Martin Gore, dando un estilo diferente a las canciones. El álbum Playing the Angels alcanza el número 1 en 18 países, 25 años después del primer álbum del grupo. Entre las giras de esta etapa se han incorporado numerosos conciertos benéficos que han ayudado mucho a mantener una imagen cercana al público y acorde con la conciencia social de los últimos años.
El buen hacer de un “gerente” y él éxito de su estrategia resulta más fácil de valorar a veces analizando sus competidores.
El primero que salta a la palestra es Vince Clarke, cofundador de Depeche Mode. Probablemente el éxito del primer álbum se le subió a la cabeza y sintió que, aportando más que los demás, no tenía por qué compartir las mieles del triunfo. Fundó Yazoo junto a la vocalista Alison Moyet. En efecto, su primer disco Upstairs at Eric’s fue un éxito mundial. Títulos como Don’t go o Only you alcanzaron los puestos más altos en las listas de popularidad. El segundo LP, en cambio, tuvo éxito en Gran Bretaña pero no tanto en otros países. Probablemente Vince no se dio cuenta de que los demás miembros de Depeche Mode y, en particular Gore, también le aportaban a él. Y su gran fallo: no darse cuenta de que estaba montando en la última ola de la música electrónica. No había más, y no te puedes mantener de pie en la tabla sin olas. Debes buscar otras playas.
Sería demasiado extenso analizar a fondo las particularidades de esas numerosas estrellas fugaces que resplandecieron fulgurantes durante escaso tiempo. Duran Duran, A-ha, Rick Astley, Bangles, Bryan Adams, Nena o C.C. Catch en los 80 son ejemplos de éxito efímero que puede calificarse de oportunista, pero que evidenciaban una falta de proyecto sólido. En los 90, y ya entrado el siglo actual encontraríamos innumerables casos similares.
Para cerrar este artículo quiero recapitular los valores que han llevado a Depeche Mode, con su alma mater Martin Gore, a ser lo que es: modestia, tenacidad, capacidad de innovar, capacidad de observar y adaptarse a la realidad de cada momento. No debe olvidarse, además, que la música debe conectar con lo más humano del ser humano. Sólo así tocará nuestras emociones y permanecerá en nuestro recuerdo.
Martin Gore ha sabido aplicar todas estas estrategias en su proyecto, y todos podemos adoptarlas en nuestra esfera laboral y personal. Sin duda contribuirán a construir un proyecto sólido y pleno. ¿seremos capaces de aplicar estos “sencillos” principios?
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