Joan Manuel Serrat vivirá con Fiesta el inicio de su éxito y de un movimiento social que tendrá repercusión tanto en España como en Latinoamérica.
Corre
el feliz y floreado año 1.969 entre ideas de igualdad y libertad. Corre libre,
en casi todos los rincones del mundo. Pero no en todos. En España, se celebra
el trigésimo aniversario de una dictadura de represión y censura que controlaba
y continuaría rigiendo la inspiración de poetas y cantantes.
No
sería, sin embargo el único punto oscuro del globo; Argentina sabe y sufre de un
régimen similar en el que se coartan las libertades de un pueblo que sueña con
los derechos de antaño. Y es en ese controvertido rincón del planeta donde
empieza la aventura de “Fiesta”.
Un
joven Joan Manuel Serrat, con su primer contrato en una discográfica española
bajo el brazo, -hasta entonces había publicado un par de EPs en catalán-, se
lanza a una gira por Latinoamérica, en especial esa Argentina hermana que bien
conoce los anhelos que toda una generación estarían por convertir en realidad.
Y
hete aquí que en ese marco encuentra su lugar para editar y presentar una
canción que sufrirá de modificaciones y censuras, pero que acabará convirtiendo
Serrat en su tarjeta de presentación, -o despedida-, de sus actuaciones en
directo en los siguientes 45 años: “Fiesta”, o “Un Día de Fiesta”, como
originalmente se tituló.
Joan
Manuel se enfrentaba a todo tipo de desagravios a su música por parte del
franquismo; principalmente motivados por sus ideas republicanas, antifascistas
y catalanistas, radicalmente opuestas al régimen imperante. Esto le valió un
veto en los medios de comunicación, que, si bien se extendió por diez años, no
mermaría su capacidad de publicar trabajos, entre 1.969 y 1.974, con altos
componentes de “canción protesta” como Dedicado
a Antonio Machado, poeta. Sin embargo, no sufrirá la mano del censor en sus
letras hasta esta mordaz e irónica canción en la que desgrana la dicotomía y la
desigualdad de la sociedad española, con la metáfora de una fiesta. Una fiesta
es un evento que junta a muchas personas diferentes y en la cual éstas pueden
olvidarse de sus problemas.
La fiesta aquí sirve como una distracción de la realidad.
Analizaremos a continuación tanto la letra, como sus alteraciones exigidas para
poder ser interpretada en España, y observaremos cómo, hilando fino, el artista
alude
a la sociedad española, católica y franquista, en donde las diferencias
sociales se pretendían anular con el placebo de una fiesta en que son todos
iguales.
LA
LETRA
Entre paréntesis se observan las correcciones de estilo con las que se
publicó en España en 1.970, si bien no fueron impuestas en Argentina.
Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
lilas, rojas y amarillas. (verdes, rojas y amarillas)
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea.
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
lilas, rojas y amarillas. (verdes, rojas y amarillas)
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea.
su mujer y su gabán, (su tortilla y su gabán)
gentes de cien mil raleas.
Apurad,
que ahí os espero si queréis venir,
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta,
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
gentes de cien mil raleas.
Apurad,
que ahí os espero si queréis venir,
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta,
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol,
empapados en alcohol,
magreando a una muchacha. (abrazando a una muchacha)
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal,
la zorra pobre al portal, (la pobre vuelve al portal)
la zorra rica al rosal (la rica vuelve al rosal)
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta,
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
a la sombra de un farol,
empapados en alcohol,
magreando a una muchacha. (abrazando a una muchacha)
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal,
la zorra pobre al portal, (la pobre vuelve al portal)
la zorra rica al rosal (la rica vuelve al rosal)
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta,
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
Desgranando
sólo algunos detalles de esta letra, observamos la clara alusión a la bandera
republicana, que, por supuesto fue modificada, y no será más que en algunas
actuaciones en directo en los años venideros, cuando Joan Manuel se atreverá a
cantar ese verso tal y como fue compuesto.
En
“revolotean las faldas bajo un manto de guirnaldas para que el cielo no vea.”,
el cielo es la libertad y la verdad; pero con esta fiesta, el pueblo no la
puede ver. La canción reincide sobre esta alusión de igualdad y cómo toda la
gente puede compartir y existir junta. Dice la canción “En la noche de San
Juan, cómo comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas.”
Sin embargo, la realidad no es así, porque sigue Serrat, “Y con la resaca a
cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor
cura a sus misas.” Cuando termine esta fiesta, que en realidad es una facha, la
gente volverá a su miseria, a la realidad de su sociedad.
La
canción termina con el final de la fiesta, que significa el final de la
alusión. Serrat dice, “por una noche se olvidó que cada uno es cada cual.” La
fiesta no va a continuar por siempre y la gente no puede vivir en una realidad
distorsionada. Entonces, en esta canción, se plantea el tema social de una
sociedad con problemas y una distorsión de información.
LA CLAVE DEL ÉXITO EN
ESPAÑA
La
“Fiesta” forma parte de un disco publicado en España en 1970 bajo el título Mi Niñez, aunque fue popularmente
conocido como Disco Blanco, por el
diseño de su portada. Se alzó al tercer puesto en los discos más vendidos en
España hasta la fecha, y supuso la consolidación del cantautor como referente
generacional, además de un éxito internacional rotundo.Y es que el entorno
social había creado un caldo de cultivo excepcional para lo que inicialmente se
conoció como Nova Cançó Catalana; una
suerte de cantautores que reclamaban aperturismo social y aceptación del idioma
y la cultura catalana dentro de la sociedad española, y que poco a poco se
extendió hacia un movimiento común llamado Canción
Protesta.
En
esos últimos años de dictadura franquista ya se venían observando revueltas
estudiantiles en las universidades, y en las fábricas, donde había
renacido un sindicalismo clandestino, un anhelo de cambio y aperturismo que se
vio impulsado por artistas y cantantes como Joan Manuel Serrat. Un público más
o menos culto, urbanita y ávido de libertad, que no dudaba en viajar a Andorra
o a Francia para hacerse con todo tipo de material cultural contrario al
régimen.
Con unas bases rítmicas sencillas, un poso
folk y unas letras de ineludible trasfondo social, Joan Manuel Serrat logró
fidelizar una masa social crítica e inconformista que compartía sus inquietudes
con la siguiente generación de hermanos que, si bien probablemente no tuvieran
madurez para entender las letras, sí servían como prescriptores de un
sentimiento social que en España comenzaba a ser imparable, y que se
prolongaría durante los años de Transición y el nacimiento de la Democracia.
Un tipo de canción que bebía de los
grandes poetas republicanos que le recordaban a la sociedad que era posible
otra manera de vivir y de entender la política. Un tipo de música que invitaba
a pensar, a levantarse y a cambiar una sociedad desigual y desfasada.
Sin embargo, el éxito alcanzado en España
no podría entenderse sin esa primera gira, en 1969, por Latinoamérica, y en
especial Argentina y Chile que, sin duda, sentaría las bases del éxito de Joan
Manuel Serrat en España.
ARGENTINA
ABRE LOS OJOS A ESPAÑA
Es durante esta primera gira internacional
cuando Serrat sacará todo su potencial musical. Una gira modesta, tocando en
pequeños locales y teatros de provincias que le sirvieron para darse a conocer
por toda la geografía latinoamericana. Argentina, Chile, Uruguay, viven
inmersas en dictaduras militares muy similares a la española. Quizás fuera el
hartazgo, quizás el temperamento latino fue lo que llevó a Argentina a
levantarse contra la dictadura de Videla ese mismo año 1970 en que Fiesta vería
la luz en España. Los sentimientos sociales del público argentino por la
libertad y el cambio eran similares, sino idénticos al sentir español, lo que
le facilitó a Serrat la prospección y el éxito. Un éxito que le siguió, de
vuelta a casa y le permitiría componer y publicar discos cargados de
reivindicación y protesta.
La influencia de Argentina será clave
durante toda su carrera musical, pero es más visible en estos primeros años de
exposición, en que se servirá de Latinoamérica para lanzar sus temas más
controvertidos, refugiarse de la censura y esconderse de la represión
franquista que más tarde pondría precio a su cabeza. En estos años clave, la
gira americana coronará de éxito al artista, que se prolongará durante más de
cuarenta años y que servirá para asentar su aceptación en España.
Revista Fotogramas 13/03/1970 |
REFERENCIAS:
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